Gloria a los Héroes de Malvinas!!!!!!!!!!!!!
El Soldado Oscar Poltronieri era el encargado de utilizar una ametralladora pesada MAG como integrante del Regimiento de Infantería Mecanizado 6 de Mercedes. En una de las últimas batallas de la guerra, él sólo demoró el avance de los ingleses mientras sus compañeros se replegaban seguros. Su valor fue premiado, es el único civil de la Historia argentina que recibió la más alta condecoración. Tras la Guerra de Malvinas sólo 20 combatientes recibieron la Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate, Poltronieri es el único conscripto.
"A mi la medalla me la dieron por lo que contaron los ingleses. Mis compañeros contaban lo que había hecho, yo relaté cómo había escapado, pero cuando los ingleses contaron cómo alguien los frenaba disparándoles, me dieron la medalla".
Aun cuando en la ciudad de Mercedes, hacia el oeste de Buenos Aires, apenas kilómetros fuera del Conurbano, una calle lleva su nombre y una plaza ostenta orgullosa un monumento a su figura, él se muestra humilde y sorprendido ante cada pregunta. Es que aunque sabe que lleva la misma medalla que los próceres argentinos, reconoce que no sabe cuán importante fue su trabajo.
Ya cuando la mitad de junio había avanzado sobre las islas, al igual que las tropas inglesas, y el cerco de fuego se acercaba hacia Puerto Argentino, Poltronieri y su batallón se vieron cara a cara con el enemigo. "Mataron a un compañero que operaba otra MAG, me agarró una bronca... entonces me quede solo. Replegué una compañía mientras yo sostenía a los ingleses", en pocas palabras Poltronieri resume cómo le salvó la vida a más de 100 compañeros.
La superioridad numérica y técnica de los ingleses hacía que no detuvieran su paso. Mientras las tropas argentinas replegaban desde los cerros hacia la capital de las islas, continuaban disparando. Los morteros británicos impactaban entre los soldados que regresaban a Puerto Argentino. "Disparaba y me replegaba, y volvía a disparar. Tiré desde el cerro Dos Hermanas, desde el monte Longdon y monte Tumbledown. Los ingleses nunca supieron que era uno sólo", afirmó orgulloso.
Poltronieri volvió hace dos años a las islas para filmar el documental El Héroe del monte Dos Hermanas
Dos días después de que sus compañeros se replegaran y lo dejaran al joven soldado como única cobertura, reapareció en Puerto Argentino sin un solo rasguño. "Me dieron por muerto tres veces, pero las tres reaparecí tirando otra vez. Cuando volví al cementerio, donde habían replegado mis compañeros, no lo podían creer. Tuve un dios aparte".
Días antes de la guerra sufrió un incidente que casi lo aleja de su destino heroico: "se me metió una mosca en el oído, y me hizo gusanos. En el regimiento me atendieron y me los sacaron, casi pierdo el oído derecho. Entonces me firmaron la baja, me podía ir a mi casa, pero yo no lo firmé, no me quería ir, y unos meses después empezó lo de Malvinas... era mi destino", explicó.
Poltronieri se transformó en el héroe de los colimbas. El Congreso Nacional lo condecoró y él entendió que había cumplido. Sin embargo, no pudo leer lo que decía la cruz que le entregaban, Poltronieri no sabía leer ni escribir. Las notas que se escribieron sobre sus acciones las pudo leer recién hace pocos años cuando ingresó a la escuela. Reconoce que le cuesta y le lleva tiempo reconocer cada letra, pero hoy puede leer y escribir.
Su analfabetismo sumado a la notoriedad que le dieron sus acciones en Malvinas lo llevaron a sufrir algunos problemas. Durante los noventa, el municipio de General Rodríguez le entregó una casa, pero un concejal lo invitó a firmar unos documentos que él no supo leer. Firmó la entrega del inmueble al concejal y quedó en la calle. Con el paso de los años el Municipio de Mercedes le cedió un lote donde hoy busca levantar una casa prefabricada. Trabaja en el Hospital Militar de Campo de Mayo y es un referente sobre los soldados que combatieron en Malvinas.
"Estas semanas tuve mucho trabajo. Dimos charlas en colegios, programas de televisión, notas. Además trabajo en una película". Es la segunda película donde trabaja como él mismo. En abril del año pasado se estrenó el documental El Héroe de Monte Dos Hermanas, donde se muestra su regreso a su posición en las islas, luego de más de dos décadas de haberla abandonado.
El Conflicto de Malvinas sigue siendo el motor de su vida. Espera el día en que Gran Bretaña se siente a discutir con Argentina sobre soberanía y cuando las islas dejen de estar ocupadas. Espera y sabe lo que hará ese día: "Me voy a vivir a las islas, voy a ser el primero en ir, es mi tierra. Malvinas es un sentimiento para mi. Ojalá nos devuelvan las islas, pero se va a poner muy duro, tienen semejante base, han hecho cualquier cosa en las islas. Me gusta la estrategia argentina de ir hablando con todos los países y conseguir apoyo... Ojalá vuelvan a la Argentina", finalizó.Humilde y silencioso, Poltronieri vive sólo. Habla de los colegios humildes que visita para contar su historia y de las necesidades de los comedores de Mercedes. Se emociona al ver la necesidad de los chicos de su barrio y recuerda a su ex esposa y sus hijos que viven en Entre Ríos. Quiere tener su casa y más tiempo para practicar lectura. Cada día que vive, piensa y sueña con el día en que pueda regresar a las Islas Malvinas para establecerse y empezar de nuevo como un habitante de las frías islas del sur.
https://youtu.be/FVPbqRXSxws
https://youtu.be/yylLRMk7nQk
Gloria a los héroes de Malvinas
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Re: Gloria a los héroes de Malvinas
Una fecha muy especial para todos los argentinos, ya que un día como hoy hace 36 años, nuestras islas volvieron a estar bajo la jurisdicción que jamás debieron abandonar.
Y vaya el reconocimiento merecido para todos los hombres que ofrendaron su vidas en defensa de la soberanía nacional.
Y vaya el reconocimiento merecido para todos los hombres que ofrendaron su vidas en defensa de la soberanía nacional.
Re: Gloria a los héroes de Malvinas


Cabo 1º VGM Omar Liborio, del GA 101 EA: “El camión me esperaba afuera, junto a mis soldados y los equipos. Tomé un gran manojo de camperas y me dirigí a la carrera, pero se me cruzó un perro de la base que habíamos criado desde cachorro y me hizo caer. Me levanté maldiciendo, tomé otra vez las camperas y retomé mi camino, pero a los pocos metros otra vez el perro me hizo caer. Lo tomé y le dije “Estás jodiendo, entonces venís con nosotros a Malvinas” y lo subí al camión.
Al ver el perro, el soldado Cepeda me preguntó asombrado – “¿Y eso mi Cabo Primero? ¿Cómo se llama el perro?”. Le contesté – “Desde hoy se llama Tom, porque vamos al Teatro de Operaciones Malvinas”
Al poco tiempo se transformó en el ser más mimado y querido entre todos, pero debíamos ocultarlo de los superiores, por eso en las inspecciones siempre estaba dentro de algún bolso, campera o saco de dónde solo salía su hocico para respirar.
Luego de unos días de espera en Santa Cruz partimos en un Hércules hacia las Islas Malvinas transportando a nuestro personal, dos cañones Sofma, un Unimog y desde luego a Tom, que para esa altura ya era otro soldado movilizado del Grupo de Artillería 101.
En Malvinas Tom se comportó como un bravo artillero. Cuando tirábamos con la máxima cadencia de fuego hacia los británicos, él se paraba delante del cañón como el mejor de los combatientes; siempre ladraba y jugaba con aquél que estaba bajoneado en los momentos de calma para darle ánimo; cuando había “alerta roja de bombardeo naval” era el primero en salir del refugio para buscar a los más alejados y el último en entrar a cubrirse; y muchas veces su instinto canino presintió los bombardeos aéreos antes que se gritara la alarma, lo cual manifestaba con ladridos que ya conocíamos. Compartía con nosotros la comida y los soldados le fabricaron un abrigo con los gorros de lana y bufandas.
El 11 de junio (dos días antes del fin de la guerra), a las 11:15 hs, un avión inglés se lanzó frenéticamente sobre nuestra posición bombardeando nuestro cañón y haciéndolo estallar, nosotros corrimos a cubrirnos y Tom, como siempre, parado sobre una roca ladraba dando la señal de alerta.
El avión efectuó otra pasada, esta vez ametrallando con furia nuestra tropa que repelía el ataque con fusiles, en ésta oportunidad varios fueron heridos, y Tom, que corría avisándoles a los más distantes, fue alcanzado por las esquirlas.
El humo y el olor a pólvora cubrieron el lugar. Como pudimos, heridos, buscamos a Tom y lo encontramos tendido sobre una piedra inmóvil, con sus grandes ojos negros mirándonos y despidiéndose lentamente de sus camaradas.
Allí quedó para siempre nuestro cañón y el mejor testigo de esta guerra, nuestro querido perro Tom. Allá en la fría turba malvinera él es otro bastión argentino, junto a los soldados que dieron su vida por la Patria.
Cuando volví al continente, en honor a él, todos los perros que tuve se llamaron Tom y mientras yo viva así lo haré. Tom fue mi mejor amigo en Malvinas, ¡y yo… jamás olvido a mis amigos!”
“Un puñado de ellos eran profesionales, de Infantería de Marina, entrenados en combate. En cambio Tom era un perro callejero, sin raza ni padres conocidos. Ñaro, Negro y Tom murieron en el campo de batalla, los demás regresaron al continente. A la hora de la verdad fueron iguales, para el coraje y para la metralla inglesa”.
La perra Xuavia estaba preñada cuando partió a la Gesta de Malvinas, siendo su Guía el Soldado C/62 Carlos Silva del Batallón Seguridad ARA Agrupación Perros de Guerra.
En la noche del 13 al 14 de junio, luego de soportar un intenso bombardeo británico sobre las posiciones argentinas, Xuavia regresaba junto a las tropas patriotas a Puerto Argentino pero repentinamente se separó y corrió hacia la negrura de la noche.
Varias horas después fue encontrada dándole calor con su cuerpo a un soldado argentino herido, el cual fue llevado prontamente hacia el hospital por los camilleros y enfermeros del Ejército. De no haber sido por Xuavia ese soldado habría muerto congelado y desangrado.
Luego del conflicto Xuavia regresó a su base naval y dio a luz a nueve cachorros con parto normal. El padre fue Duque.